¿QUÉ SIGNIFICA SER DE IZQUIERDA?
Por Orlando Martínez
27 de noviembre de 1974
Hay términos cuya utilización me desagrada profundamente.
Comunista.
Revolucionario
De derecha; de izquierda.
Y otros del mismo género.
El disgusto no proviene del vocablo en sí, sino del hecho de que aquí han perdido toda su significación.
En nuestro país, no obstante, debemos reconocer que el adjetivo “izquierda” es un representativo de prestigio político.
Nadie en
Al máximo, reconoce que es “de centro”.
Y cuando así lo hace, aclara que está “en el centro mirando hacia la izquierda”.
OCHO RASGOS
Esa realidad, pero fundamentalmente una discusión que tuve con unos amigos hace algunos días, me ha producido la inquietud de escribir resumidamente para muchos lo que allí dije para pocos.
Considero que existen ocho rasgos esenciales que caracterizan a un hombre de izquierda en nuestro país en estos momentos.
Y señalo bien claramente eso de que es aquí y ahora, porque las tareas de todos los pueblos no es la misma y además dependen del período histórico por el cual estén pasando.
Esas ocho características son las siguientes:
- El compromiso con las transformaciones de las estructuras agrarias.
En un país dependiente, y sobre todo tan dependiente dentro de la dependencia como el nuestro, centenares de millares de personas viven en el atraso más espantoso.
En los centros urbanos se puede salir a “chiripear” aunque al fina del día se regrese sin nada en las manos ni en los bolsillos.
En los campos no.
Y no es sólo eso. Un hombre, por el solo hecho de vivir en un arrabal, entra a formar parte de un universo social mucho más avanzado, con más perspectivas en todo sentido.
La zona rural es el imperio del quietismo, del pasado.
Un compromiso con la ruptura de ese mundo de angustias debe ser un rasgo primordia de lo que podríamos llamar a un hombre de izquierda.
- La segunda condición es el rescate de las riquezas que guarda la naturaleza y el subsuelo de este pedazo de isla.
Yo no soy ingenuo como para no comprender el poderío de estas empresas extranjeras.
EL LIMBO
Tampoco estoy en el limbo para suponer que la dependencia se resuelve en una noche con unos cuantos decretos.
Pero sí considero que se debe partir de dos principios bien claros: a) cada nación debe limitarse a usufructuar los dones que la naturaleza de su país ofrece. Nadie tiene el derecho de ir (y lo que es peor, venir) a saquearle sus riquezas a otros; b) dado el desarrollo tecnológico actual de la humanidad y la división en grandes potencias de diferentes ideologías, todas las naciones, incluyendo las pequeñas como
CONDENADOS
Quien diga que los dominicanos estamos condenados a tener aquí por los siglos de los siglos aY si es un dirigente político bien enterado está mintiendo conscientemente.
Cuando concebí este trabajo pensé que no me llevaría más de un artículo. Pero ya ustedes ven: he mencionado dos rasgos, quizás los más manoseados, y miren como me he extendido.
Será necesario continuar después y adentrarnos en aquellos puntos más discutidos y discutibles.
Una recomendación amistosa: no dejen de asistir, tanto en el Palacio de los Deportes como en