Dr. Reynaldo Pared
Presidente de la Asamblea Revisora de la Constitución
Su despacho
Señor Presidente Pared:
Por mucho que he buscado en los medios de comunicación y preguntado a dirigentes y militantes no he podido encontrar el resultado de los talleres y jornadas de trabajo de los partidos políticos donde definieron el tipo de país que propondrían al momento de rehacer la Constitución.
No conozco las resoluciones de sus asambleas, plenos, convenciones o congresos en que se aprobaron los principios innegociables, desde sus respectivas visiones, que serían defendidos a la hora de elaborar el texto fundamental para el país que gobiernan o pretenden gobernar.
Las referencias documentadas más claras están relacionadas con la forma y el instrumento de elaboración de la Carta Magna y se encuentran en los programas elaborados para elecciones anteriores o en declaraciones públicas de sus actuales líderes.
En esos programas de Gobierno y discursos de candidatos la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente por voto popular y electa sólo para esos fines es un elemento común.
Esa unidad de criterios es lógica ya que los líderes fundadores y guías políticos de ambos, Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez eran promotores convencidos del Poder Constituyente.
La Consulta Popular y su contraparte, la Cumbre Alternativa coincidieron de manera clara e inequívoca al hacer opción preferencial por la Asamblea Nacional Constituyente.
El sector ambiental también participó activamente en ambos procesos e hizo también opción preferencial por la Constituyente.
Pero hizo más, mucho más.
A pesar de la diversidad de corrientes de pensamiento, de formas de actuación, de vínculos sociales, de militancia social o política; el sector ambiental se incorporó a todos los espacios de discusión sobre la nueva constitución y creó sus propios espacios y foros.
Desde el Consorcio Ambiental Dominicano CAD, La Academia de Ciencias, La UASD, La Asamblea Nacional Ambiental, La Comisión Ambiental del PLD y La Pastoral Ambiental entre otras instancias se promovieron más de 250 encuentros locales, municipales, provinciales, sectoriales y nacionales hasta producir una propuesta común, que sin expresar plenamente las aspiraciones de cada cual, recogía el interés común y condensaba un acuerdo claro de Nación en torno a los aspectos ambientales.
Foros virtuales y presenciales, talleres de discusión, consultas escritas sistematizadas y devueltas a los opinantes, publicaciones en papel y en formato digital, programas especiales de radio y televisión abiertos a estos temas, además de reuniones directas con otros sectores como empresarios, políticos, cooperación internacional y grupos de interés local.
Ignorados, desatendidos, tergiversados o sustituidos cada vez, el sector ambiental siguió participando, opinando, proponiendo.
Se realizó una presentación de nuestras propuestas en la propia Asamblea Nacional presidida por el Actual presidente de la Asamblea Revisora, coordinada por la Comisión de Energía y Ambiente del Senado y a la que asistieron decenas de congresistas.
Exactamente 261 entidades de diversa naturaleza, incluyendo los equipos y comisiones técnicas de todos los partidos, de diversas instancias del Gobierno Central, de los ayuntamientos, las universidades, los movimientos sociales, los grupos ambientalistas y comunidades de base entregaron un documento síntesis con el más amplio consenso construido en torno a propuesta alguna.
Instalada la Asamblea Revisora, bajo la coordinación del presidente de la Comisión de Medio Ambiente, senador Félix Nova, el sector ambiental acompañó día tras día las discusiones, explicó su visión, ajustó textos hasta producir en primera lectura el óptimo posible.
A pesar de que la irreductibilidad deseada del Sistema Nacional de Áreas Protegidas no fue incorporada y se aprobó una formula dañina a nuestro juicio, el sector ambiental saludo y defendió los contenidos ambientales aprobados en primera lectura, que sin expresar totalmente el consenso, recogía aspectos fundamentales en materia de medio ambiente y recursos naturales.
Señor Presidente de la Asamblea Revisora, los calificativos y las descalificaciones hechas por ustedes al sector ambiental, además de constituir una injusticia y una desconsideración inmerecida, faltan a la verdad.
Hemos soportado con criterios técnicos la pertinencia de cada propuesta, de cada observación, de cada crítica y ustedes lo saben.
Hemos sido propositivos, proactivos, participantes.
Pero no podemos, no queremos y no vamos a ser insensibles a decisiones que a nuestro juicio afectan el bien común, niegan o condicionan el ejercicio de derechos y comprometen el futuro estratégico de la Nación dominicana.
Tenemos un compromiso ético ineludible.
Estamos dispuestos a debatir, a reclamar, a ser parte de una sociedad que pide participar.
El sector ambiental pretende convertir esta situación en un hecho educativo.
Pretendemos que cada dominicano sepa quien ha hecho qué, quien a propuesto qué.
Quién se beneficia y quién se perjudica con lo que se está aprobando.
A qué renunciamos.
Pretendemos informar a cada habitante del país, a cada turista que nos visite, a cada persona del planeta que se interese en nuestro país para que sepan, para que conozcan, y si es posible, para que sientan, sueñen y luchen con nosotros por un país y un planeta mejor.
No hemos pretendido “desacreditar al Congreso”.
Tratamos de evitar ese descrédito al recomendar, acompañar, advertir.
Ustedes han sugerido que somos pocos, absoluta minoría, claque resentida, que no sabemos leer e interpretar, que somos manipuladores.
Estamos dispuestos a ponernos en fila frente a los empresarios del CONEP y de ASONAHORES para que nos cuenten, si somos menos, nos callaremos para siempre.
Estamos dispuestos a ser sometidos a las pruebas de claque, es decir de “grupo que aplaude por paga, que sin criterio propio alaba o maldice por dirección de un jefe”. Sabemos que tienen muchos amigos expertos en ese tema.
Estamos dispuestos a recibir un examen de lectura comprensiva. Proponemos el texto aún vigente de la Constitución, comparar los contenidos de la primera, la segunda y hasta la tercera lectura, de la Ley 64-2000, del código de ética y de los libros y discursos del profesor Juan Bosch y del Doctor Peña Gómez.
Estamos dispuestos a permitir que ustedes midan y califiquen nuestra capacidad de manipular, de torcer los hechos, de provocar interpretaciones acomodadas a nuestro interés. Aunque se que están muy ocupados, el Presidente Fernández y el ingeniero Vargas Maldonado tienen calidad y experiencia suficiente en esa materia.
El sector ambiental tiene toda la autoridad moral que se deriva de su práctica, de su compromiso, de su actitud propositiva y su voluntad de ser parte para decir a ustedes que ESA NO ES NUESTRA CONSTITUCION.
Seguiremos aportando, proponiendo, participando hasta que logremos la constitución necesaria y pertinente y nadie tenga que gritar, ESA NO ES MI CONSTITUCIÓN.
Luis Carvajal