Por Gregorio Moya E.
Hipólito Mejía, el mismo sujeto que cuando fue presidente de
Ningún respaldo debe rechazarse. Para nada. Eso es una cosa, pero querer integrarse el señor Mejía es lo que en política se llama entrismo, que es una táctica que busca desde dentro del movimiento distorsionar sus objetivos y manipularlo a su favor.
No es una táctica nueva. La misma la han utilizado los partidos del sistema de manera perversa, en función de sus espurios intereses, y grupos progresistas y revolucionarios de manera equivocada. Nos oponemos al entrismo, a todo entrismo, porque partimos del criterio de que la liberación del pueblo es obra del pueblo, no de autoproclamados salvadores. Pero rechazamos con mayor fuerza este intento de Hipólito Mejía y de los que como el tienen responsabilidad en las penurias que sufre el pueblo, que de manera justa protesta.
Es claro que cuando Hipólito Mejía dice esto, lo hace, además de la demagogia que le es consustancial, porque tiene sus enllaves en el movimiento popular, esos que desde hace mucho buscan apoyos de sectores como el que representa este personaje, esos que desde la acera del pueblo depositan confianza en esas alianzas, que lo único que han traído es debilitamiento del movimiento popular, y servirle a los planes del partido que esta en la oposición.
Rechacemos los intentos oportunistas de Hipólito Mejía de quererse confundir con el pueblo y sus luchas.
Ya basta de dejarse tomar de instrumento de los partidos que gobiernan o cogobiernan el país. Hay que aprovechar para denunciar el oportunismo de querer pintarse como aliado del pueblo y sus luchas uno de sus enemigos mas enconados.