Estimados compañeros:
Tengo algunas consideraciones que quiero compartir con ustedes. En primer lugar, no se refieren a los procesos latinoamericanos, donde la izquierda, como movimiento social variopinto ha venido teniendo triunfos en la región, teniendo en Venezuela la vanguardia de esos triunfos, que expresan diferencias con el imperialismo. Creo que en estos procesos se verifica la ausencia de una dirección revolucionaria.
No creo que la guerra patria de abril de 1965, no pudo triunfar por carecer de una dirección consecuentemente revolucionaria. La Guerra Patria de 1965 triunfó y avanzó en la destrucción del poder, desarticulando las fuerzas armadas, derrotando su sector derechista y contrarevolucionario, constituyendo un poder paralelo que se expresó en los comandos que eran pueblo armado organizado en los comandos, y que para ser destruido se necesitó el asesinato de cerca de 2000 combatientes en la zona norte de la capital.
Compañeros, obviar la invasión de 42,000 soldados norteamericanos, en 1965 como factor determinante, eficiente y suficiente de la derrota del pueblo dominicano es un desatino.
La crítica a la priorización de la participación electoral expresa la desconexión que se hace desde la izquierda de la lucha social de la lucha alrededor del poder. Además, desconoce las posibilidades de avanzar en la ruptura con el bipartidismo que es uno de los mecanismos de poder que han puesto en movimiento para mantener su mentada gobernabilidad. Es falso el dilema entre lucha social y participación electoral. Lo que hay son deficiencias en ambos planos, sobre todo la desconexión que hay entre uno y otro.
Sin más sobre el particular.
Gregorio Moya E.
