domingo, 19 de enero de 2020

Sobre alianzas, y los planteamientos de Faustino Collado


Por Gregorio Moya E.

En un escrito titulado “Alianza del proletariado con la burguesía, ¿cuándo se justifica?” con la firma de Faustino Collado se plantean las circunstancias en que se puede establecer una alianza del proletariado con la burguesía.

Tengo algunas consideraciones al respecto:
  1. En la República Dominicana no existe ninguna expresión organizada del proletariado que pueda establecer alianza con la burguesía. El grueso de las organizaciones que se autoproclaman marxistas no reúne en su seno a obreros, sino pequeños burgueses de las distintas capas de esta. Desde los 1,000 obreros al PCT y el vuelco del desaparecido PRS a las zonas francas, no se conocen iniciativas de fundamentar la organización de revolucionarios en una base social proletaria.
  2. Collado plantea que una de las condiciones es cuando las fuerzas socialistas y de izquierda en general son mayoritarias. Es muy probable que si las fuerzas socialistas y de izquierda son mayoritarias puede haber alianza con sectores de la burguesía. Pero no es descartable que una fuerza socialista y de izquierda en general pacte con sectores de la burguesía. Lo fundamental en cualquier pacto es que las fuerzas revolucionarias mantengan la independencia de sus posiciones, la libertad de actuar como tales, cuidarse de ser absorbidas por la burguesía, sus partidos y la derecha (o el centro).
  3. Sería conveniente conocer las propuestas y vías para llegar a tener fuerzas socialistas y de izquierda en general mayoritarias. Lo que vemos, en sentido general, es la desconexión de esas fuerzas socialistas y de izquierda con los trabajadores, la clase obrera, los campesinos y el pueblo en general. Más que todo, es común esa vocación de ser minoría de muchas organizaciones y camaradas, su aislamiento y desconexión hablan sobre ello.
  4. Collado Plantea que los comunistas, socialistas e izquierdistas en sentido general, no tienen ningún motivo para apoyar o aliarse a los partidos burgueses en esta coyuntura electoral, partiendo de las cuatro razones que el detalla, añadiendo que los “Partidos burgueses que, estando en el gobierno o en la oposición, son entreguistas, no son nacionalistas, son conservadores, de tradición corrupta, es decir, de escasa diferencias entre ellos. Nos toca, pues, unirnos y acumular fuerzas revolucionarias.” Bueno, no puede esperarse que en una sociedad de capitalismo dependiente como la nuestra, cuyo modo de producción capitalista se desarrolló en y por el capitalismo internacional, ayer colonialista hoy neocolonialista, tenga una burguesía nacionalista. La burguesía en estos países como dijo el Che, es furgón de cola del imperialismo.
  5. Por otra parte, la naturaleza conservadora no es un aspecto que determina una alianza o no, siempre la determinan la coyuntura, porque toda alianza con la burguesía y sus partidos es coyuntural, no estratégica. Los únicos que plantean alianzas estratégicas con la burguesía son los que creen que existe una burguesía nacional o sectores de esta que puede tener una postura antiimperialista. Pero ese es otro debate, que fue rico en los 80 del pasado siglo.
  6. Lo fundamental en una alianza es la coyuntura, en segundo lugar, la claridad y orientación política de las fuerzas revolucionarias y progresistas, en tercer lugar, la capacidad para establecer la independencia y autonomía de las fuerzas progresistas, su capacidad para no dejarse atrapar por la ideología y estructuras políticas de los partidos del sistema. Esta capacidad es ideológica, no numérica, aquí, en este punto es donde la calidad es más importante que la cantidad, lo referido al número de estrellas en la frente, a como dijo Aniana Vargas, saber para donde uno va.
  7. Alianza País, que no es un partido que representa al proletariado acordó con el PRM y otras fuerzas políticas pactos parciales. Estos pactos no comprometen la independencia política de la organización, lo cual está claramente establecido en el pacto. Incluso, esta independencia no solo está por escrito, sino también que quedó patente con las posiciones frente a las alianzas con LFP que pactaron esos partidos, y otros pasos erróneos de la oposición.
  8. Como dijo el abogado Nassef Perdomo en twitter, Guillermo Moreno  “sí supo sortear el proceso de alianzas sin tener que pactar con cualquiera. Eso es política de la buena.”
  9. Lo importante no es la cantidad ni la fuerza de las organizaciones, lo fundamental es la claridad de sus propósitos, la transparencia de su práctica y la firmeza de sus principios, y en eso los alianciastas, las fuerzas socialistas y revolucionarios tenemos en nuestra minoría, la fuerza que no tienen los partidos del sistema que son mayoritarios.

sábado, 18 de enero de 2020

La Carta Pastoral y el apoyo de EU fortalecen el proceso democrático. A Dios que nos coja confesados


Por Gregorio Moya E.

En un artículo titulado “La Carta Pastoral y el apoyo de EU fortalecen el proceso democrático”, de la firma del reputado periodista Juan Bolivar Díaz, quien afirma que “La pastoral católica y el apoyo de Estados Unidos a la auditoría previa a los equipos y programas a utilizarse en las próximas elecciones, constituyen un claro compromiso de esos poderes con los reclamos de múltiples sectores de un proceso electoral justo, equitativo y libre de marrullerías e injerencias antidemocráticas.”
Si es como dice el articulista, sería una excepción que esos poderes sean factores de fortaleza de la democracia. La carta pastoral de este 2020, que conmemora el 60 aniversario de la Carta Pastoral de enero de 1960, por parte se refiere a la complicidad de esa jerarquía eclesiástica con la tiranía, que se decidió a enfrentar no motu proprio, sino “debido a inéditos cambios suscitados en el contexto mundial y regional, el régimen de Rafael Leónidas Trujillo comenzó a dar señales de agotamiento y decadencia”, como dicen en la carta del 2020.

Es decir, decidieron por conveniencia hacer esa proclama en 1960, como un cálculo político, no por convicción democrática, como en el curso de los meses lo demostraron cuando encabezaron la conspiración contra el gobierno democráticamente electo de Juan Bosch, un gobernante honesto y patriota. Estos dos aspectos no fueron del agrado de los jerarcas de la iglesia católica, por lo que se aunaron a los trujillistas y norteamericanos en 1962 y 1963.

Lo mismo podemos decir de los EU, que fueron los que, por 30 años, pusieron y mantuvieron la dictadura de Trujillo, pusieron a Balaguer en 1966, desdibujando la democracia en su llamada transición, que no puede llamarse “construcción democrática” como afirma la iglesia.

Lo que planteamos es que el pueblo dominicano no puede confiar ni en la jerarquía católica ni en los EEUU, porque históricamente o han actuado en contra de sus intereses, o en base al cálculo político para mantener sus espacios de poder, aprovechando el agotamiento de regímenes como ocurrió en 1960 y 1978. Pero siempre sus intervenciones han sido para interferir en la transición democrática de base popular. Frente a ideas y propuestas hay que plantear que sólo el pueblo salva al pueblo.