Por Gregorio Moya E.
Hoy, 21 de diciembre, conmemoramos el martirio de Manolo Tavárez Justo y otros guerrilleros que, en las escarpadas montañas de Quisqueya, mantuvieron encendida la antorcha de la libertad. Un grupo de amigos y camaradas, militantes por la revolución socialista realizó un encuentro con la participación de José Aracena, conocido como Joaquín, quien desde los años de la dictadura balaguerista ha defendido las ideas de la revolución y el socialismo a lo largo de su vida.
Esta fecha es propicia para
celebrar la militancia revolucionaria y la fraternidad que representa Joaquín,
un militante marxista y trotskista cuya dedicación no ha conocido pausa, salvo
por las limitaciones impuestas por la biología y las circunstancias. Tampoco ha
conocido frontera la militancia de Joaquín, por su afiliación ideológica
consecuente con el internacionalismo revolucionario.
En nuestro andar militando, recordamos
a Joaquín en la primera mitad de la década de los 80, abriendo surcos en el
barrio Simón Bolívar y apoyando los esfuerzos militantes por el socialismo en
Villas Agrícolas y Cristo Rey y otras comunidades, y en el cordón industrial de
Máximo Gómez.
También evocamos sus
orientaciones junto a Fidelio, en aquel 25 de abril de 1984 con la célula
socialista de Villas Agrícolas, en casa del inolvidable Alejandro Sánchez,
revolucionario de firmes convicciones y trato afable. En medio del
levantamiento popular, Joaquín nos acompañó, sus jóvenes camaradas del Movimiento
Por el Socialismo, exponiéndose a la represión criminal del PRD y Jorge Blanco
contra el insurrecto de Santo Domingo.
La militancia y fraternidad de
Joaquín y sus camaradas socialistas, que también son nuestra, militancia
fraterna y solidaria. Aunque no siempre nos veamos o estemos lejos, lo que nos
une es más grande: la confianza y el compromiso con el cambio revolucionario y
socialista para toda la humanidad.