Por Gregorio Moya E.
El pueblo tiene poder, y con ese
poder hizo efectivo su deseo de cambio sacando al gobierno del PLD. “Se vaaaan”
se convirtió en una expresión popular, que se expresó en todos los espacios
habidos y por haber en el país, y que unificó a la mayoría de la población.
Ahora ese se van, canalizado a
través de PRM le imprime un techo a ese cambio, y es seguro que el pueblo lo
sabe. Seguro es que las expectativas del pueblo no son la de un cambio radical,
un cambio de modelo económico ni mucho menos revolucionario.
El pueblo está claro que el de
Luis Abinader no es el gobierno que el pueblo quiere y necesita, esta elección
expresa el hartazgo de la población ante tanta corrupción, ineptitud y burla
del PLD y Danilo Medina al pueblo. Y quienes están más claros son los sectores
conscientes del pueblo, esos que marchamos verde por más de un año, los que
estuvimos en la plaza de la bandera, en la lucha por Loma Miranda.
De manera que, el espacio
alternativo no ha sido llenado, el mismo está vacío. Las organizaciones
política que se postulan para ocupar ese espacio y jugar ese papel no hemos
podido. El Frente Amplio, con propuestas de candidaturas aparece subordinado al
PRM, incluso por una gestión muda en la alcaldía del Distrito Nacional de su
principal dirigente y una deslucida participación de Fidel Santana, en la
Cámara de Diputados, que al parecer y pruebas en contrario, no renunció a
ninguno de los privilegios.
Alianza País, por nuestra parte,
no ha acumulado en términos electorales el reconocimiento de la población a su
labor contra la corrupción, y los resultados en términos cuantitativos no
terminan de perfilar el partido como una propuesta alternativa, avalada con el
apoyo popular efectivo.
Tenemos por otra parte una franja
que se denomina izquierda revolucionaria que se plantea, por un lado
reivindicaciones y líneas de acción por fuera de los procesos electorales, pero
que no han concretado dichas propuestas en los términos concretos que puedan
canalizar el descontento y las fuerzas populares por el cambio. Carece este
sector de un camino claro que permita a los sectores avanzados del pueblo
caminar en esa dirección, como lo hizo el 14 de junio y el MPD con su propuesta
de golpe de estado revolucionario.
Bien, pero lo que queremos
destacar en este escrito, es que el pueblo tiene poder para quitar y poner
gobiernos, que la eficacia de ese poder y la orientación del mismo están
determinados por la coyuntura concreta, por la realidad de los niveles de
conciencia y organización del pueblo, y por la existencia de propuestas
alternativas, estructuras partidarias y de la sociedad que permitan canalizar
el cambio. Y que en este momento, la
alternativa es todavía una tarea pendiente, que implica construirla junto
pueblo, en el encuentro solidario con él.
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