domingo, 2 de septiembre de 2018

Es el capitalismo que amenaza el planeta, no los plásticos ni los sorbetes


Por Gregorio Moya E.

La revista En Sociedad del 25 de agosto de 2018, en su edición especial Es verde 2018, trae una serie de artículos sobre ecología, entre ellos uno titulado “Plásticos y sorbetes: Una amenaza para el planeta. Se dice en la revista que “cuidar el planeta es responsabilidad de todos”, y quieren dar la imagen de que hacen su aporte con esta edición, de lujo como acostumbran.

Parecería que, como todos usamos plásticos y sorbetes todos tenemos la misma responsabilidad contaminando el medio ambiente. El Mensaje de la Editora nos dice, junto con una salmodia religiosa que “en la afanosa búsqueda de prosperidad personal, hemos olvidado que todos y todo, somos UNO”. Es una manera de distribuir las culpas por el daño que se le hace al planeta, lógicamente. Se socializan las culpas a todos por el ecocidio del plástico y los sorbetes, pero no se distribuyen las utilidades de esta industria en la sociedad.

Y es que no son los plásticos los que amenazan al planeta. Es el capitalismo con su lógica de producir para la ganancia, mientras más produce más gana, sin importar el costo, siempre que ese costo no afecte las ganancias.

Una de las soluciones que busca el capitalismo es transferir los riesgos, que son parte de los costos, a otros, clases, naciones, animales o el planeta. Pero también, cuando es insostenible, buscar alternativas dentro del orden, en la que las empresas capitalistas migren a otras tecnologías que posibiliten mantener la tasa de ganancia, pero mientras tanto, se aferran a lo que les sigue produciendo estos beneficios, aunque sea a costa de la supervivencia del planeta.

En Sociedad, una de las revistas de circulación nacional es un monumento a la cultura consumista de la sociedad capitalista, la que se rasga las vestiduras por las amenazas al planeta, pero que en realidad no tiene una preocupación autentica de protección del medio ambiente por sus vínculos con el gran capital y su cultura de oropel.