jueves, 29 de octubre de 2020

Los maestros y los medios de comunicación no serán suficientes

 Por Gregorio Moya E.

Los maestros y los medios de comunicación no serán suficientes

Por Gregorio Moya E.

En el día de ayer escuché decir a un trabajador de seguridad, “guachimán” como le llamamos los dominicanos, por teléfono, que el celular que él tenía servía solo para conectarse a internet para WhatsApp donde había Wifi gratis, y que, además, era una flota del trabajo, que no sabía cómo iba a ser el año escolar para su hija de 8 años.

Este humilde trabajador muestra la incertidumbre de los padres y madres, ante un año escolar que inicia este lunes 2 de noviembre, y que no tienen las informaciones necesarias de cómo va a comenzar y que se necesita, además, la conciencia sobre las limitaciones reales que tienen, como pobres para entrar en el año lectivo 2020-2021.

Todos conocemos las limitaciones de las escuelas, de los docentes, de los recursos de conexión y no hay información de cuáles son los medios masivos que serán utilizados para dar las clases. Pero la falta de información es lo fundamental. No se realizan asambleas con los padres y madres a través de las APMAE, las escuelas sirven poca información.

Podemos decir que los maestros y los medios no serán suficientes, que hace falta mucho para llenar la brecha de inequidad que en esta pandemia se ha agrandado en el área educativa, y es el área educativa donde se pueden encontrar herramientas para contribuir a cerrar el trecho. Es decir, la educación es víctima, pero es uno de los factores que pueden promover la movilidad social posible para disminuir las inequidades y reparar los daños en el mismo sector, siendo un factor de promoción y aliciente para otros sectores de la vida y la economía del país.

La educación es fundamental para las comunidades, ella ayuda a la cohesión e inclusión social, promueve cambios positivos y desarrolla factores protectores en las familias, siendo una vía para apoyar comunidades vulnerables y vulneradas.

En ese sentido, los líderes comunitarios, religiosos, políticos y de otras áreas estamos convocados a acompañar las familias y los estudiantes en la dirección de contribuir a que el año escolar no se frustre, evitar o mitigar el posible aumento de la deserción escolar y del fracaso académico de miles de niños.

Tomemos iniciativas, discutamos alternativas, formas y metodologías para acompañar desde las comunidades a los estudiantes, padres y madres que seguro van a necesitar ayuda, porque este es un momento en que estos van a tener que ser tutores de la educación de sus hijos.

Pongamos en movimiento los infinitos recursos que tienen las comunidades.

 


lunes, 6 de julio de 2020

El pueblo tiene poder


Por Gregorio Moya E.

El pueblo tiene poder, y con ese poder hizo efectivo su deseo de cambio sacando al gobierno del PLD. “Se vaaaan” se convirtió en una expresión popular, que se expresó en todos los espacios habidos y por haber en el país, y que unificó a la mayoría de la población.
Ahora ese se van, canalizado a través de PRM le imprime un techo a ese cambio, y es seguro que el pueblo lo sabe. Seguro es que las expectativas del pueblo no son la de un cambio radical, un cambio de modelo económico ni mucho menos revolucionario.

El pueblo está claro que el de Luis Abinader no es el gobierno que el pueblo quiere y necesita, esta elección expresa el hartazgo de la población ante tanta corrupción, ineptitud y burla del PLD y Danilo Medina al pueblo. Y quienes están más claros son los sectores conscientes del pueblo, esos que marchamos verde por más de un año, los que estuvimos en la plaza de la bandera, en la lucha por Loma Miranda.

De manera que, el espacio alternativo no ha sido llenado, el mismo está vacío. Las organizaciones política que se postulan para ocupar ese espacio y jugar ese papel no hemos podido. El Frente Amplio, con propuestas de candidaturas aparece subordinado al PRM, incluso por una gestión muda en la alcaldía del Distrito Nacional de su principal dirigente y una deslucida participación de Fidel Santana, en la Cámara de Diputados, que al parecer y pruebas en contrario, no renunció a ninguno de los privilegios.

Alianza País, por nuestra parte, no ha acumulado en términos electorales el reconocimiento de la población a su labor contra la corrupción, y los resultados en términos cuantitativos no terminan de perfilar el partido como una propuesta alternativa, avalada con el apoyo popular efectivo.

Tenemos por otra parte una franja que se denomina izquierda revolucionaria que se plantea, por un lado reivindicaciones y líneas de acción por fuera de los procesos electorales, pero que no han concretado dichas propuestas en los términos concretos que puedan canalizar el descontento y las fuerzas populares por el cambio. Carece este sector de un camino claro que permita a los sectores avanzados del pueblo caminar en esa dirección, como lo hizo el 14 de junio y el MPD con su propuesta de golpe de estado revolucionario.

Bien, pero lo que queremos destacar en este escrito, es que el pueblo tiene poder para quitar y poner gobiernos, que la eficacia de ese poder y la orientación del mismo están determinados por la coyuntura concreta, por la realidad de los niveles de conciencia y organización del pueblo, y por la existencia de propuestas alternativas, estructuras partidarias y de la sociedad que permitan canalizar el cambio.  Y que en este momento, la alternativa es todavía una tarea pendiente, que implica construirla junto pueblo, en el encuentro solidario con él.

jueves, 19 de marzo de 2020

Los olvidados de protección frente al COVID 19


Por Gregorio Moya E.

Los olvidados, un filme sobre la niñez y la juventud olvidada por la sociedad que vive en barrios marginales de Ciudad de México del cineasta español Luis Buñuel tiene un título que empata muy bien con la situación que vivimos los dominicanos, sobre todo los más desfavorecidos por el modelo neoliberal imperante.
La emergencia sanitaria y social que significa el COVID 19 tiene sus olvidados. Sin dudas que otra vez serán los niños empobrecidos por una sociedad que los excluye, y de manera especial los padres y madres de esos niños y niñas, que tendrán que ir a trabajar en un transporte público ineficiente, inseguro y peligroso, en condiciones precarias para su salud y seguridad.
Los trabajadores
Es todavía reciente el desastre de la empresa POLYPLAS en la que dos obreras murieron encerradas después que se produjo una explosión, en la que se puso de manifiesto que esta empresa, al igual que PROPAGAS, no tenían medidas de seguridad para proteger los trabajadores y la comunidad del entorno.
Esa es la realidad, en la República Dominicana la patronal no ofrece en sus centros de trabajo la higiene y seguridad laboral, tan necesaria siempre, pero que se pone de manifiesto en momentos como este.
Los trabajadores de call center, el personal de los bancos, los trabajadores de zonas francas, el personal de salud de los hospitales y clínicas, para mencionar solo unos cuantos sectores de trabajadores son los grandes olvidados de esta situación.
Esos mismos trabajadores seguirán trasladándose en transportes precarios, haciendo filas para montarse en carros y guaguas destartaladas, pegados como sardina en lata, respirando el aire entre ellos, totalmente expuestos a infectarse, no solo del COVID 19, sino también de otras enfermedades que no alarman al mundo ni a las autoridades, y que constituyen una carga pesada de enfermedad que se traduce en más pobreza y perdida de salud y vidas.
Los trabajadores y trabajadoras informales, los que salen a vender víveres, frutas, a reparar, pintar, cargar, esos no tendrán cómo hacer frente a los días de casi paro, o estarán exponiéndose. Ellos también son olvidados de las medidas adoptadas para combatir el coronavirus.
Las comunidades pobres
Otros olvidados de esta crisis sanitaria son las comunidades pobres de los barrios y campos que reciben agua una o dos veces a la semana por escasas horas, que no tienen cisternas para almacenarla, y que no podrán llevar las recomendaciones de lavarse las manos frecuentemente porque no tienen agua suficiente.
Las familias de los barrios y campos, que viven en casas precarias no pueden cumplir los protocolos de quedarse en sus casas, porque las calles y callejones tienen más espacios que sus hogares. Y es que la pobreza, cuando se verifica efectivamente, no con la métrica de los bancos, muestra que el déficit de viviendas es de 1,400,000 unidades, por lo que vemos miles de familias en los barrios de la capital viviendo en viviendas de uno o dos cuartos (cuarterías), en cañadas, a orilla de los ríos y otros lugares de riesgo. El quédate en tu casa es una condena al infierno de la pobreza para esas familias.
Los que no tienen seguros de salud
El 76 % de población dominicana tiene un carnet de una ARS que es presentado como un seguro de salud por las autoridades, y que cubre una parte de los riesgos a que están sometidos, teniendo que pagar de su bolsillo, primero un pago adicional del 30% que calculan las empresas sanitarias y las ARS, y un monto medalaganario que cobran los médicos privados. El 24% de los dominicanos, es decir, cerca de dos millones y medios de dominicanos no tienen ni siquiera ese precario seguro de salud, y ante esta situación no tienen ninguna protección, son los llamados pobres de toda solemnidad, los más olvidados dentro de los dominicanos.
Dentro de los que no tienen seguro de salud están los trabajadores migrantes, sobre todo provenientes de Haití, empujados por la miseria y desesperanza de su país, y atraído por una clase capitalista dominicana que los explota inmisericordemente. Esos trabajadores migrantes son la clase más explotada y oprimida de la sociedad dominicana, y para asegurar esa condición, los sectores de poder los presentan como invasores, enemigos de los dominicanos y peligrosos para nuestra cultura, salud y soberanía.
Más de medio millón de proletarios conforman la mano de obra extranjera, que viene a contribuir con su trabajo a crear la riqueza de la nación dominicana, ya que como diría Adam Smith, la riqueza de las naciones está en el trabajo. La inmensa mayoría de esa masa de trabajadoras es sobre explotada, sin derechos laborales, en violación a la ley y la Constitución, sin ninguna protección de su salud, y cuando esos trabajadores y trabajadoras enferman o sufren accidentes de trabajo, los patronos se desentienden. Esos son los más olvidados también, esos no cuentan en las medidas para contener el coronavirus.
Los privados de libertad
Las personas privadas de libertad en el país, hacinados en cárceles insalubres, sometidos a toda suerte de privaciones y humillaciones por un sistema penal que es parte del régimen de opresión que sufre el pueblo, es uno de los grupos olvidados de las medidas adoptadas por el gobierno. Es un grupo de alto riesgo por las condiciones ambientales en que subsisten la mayoría. Son tratados como si no fueran seres humanos, y no se contemplan verdaderamente medidas de protección.
Las mujeres, las que cargan con el peso de la enfermedad
El aumento de lo que se llama carga de enfermedad será colocada principalmente sobre las mujeres, que son las que están destinadas en esta sociedad capitalista patriarcal de los cuidados de las personas enfermas, incluso en detrimento de su propio cuidado. Además de esta tarea con los enfermos, las personas de edad avanzada y discapacitados, las mujeres serán las encargadas de cuidar los escolares que estarán fuera de las escuelas durante la cuarentena escolar, máxime los más pequeños. Y si son mujeres trabajadoras, esa carga será aún más pesada. Pero no se piensa en ellas, son las grandes olvidadas de la pirámide social.
Luchar por la salud como derecho
La salud y la protección contra la enfermedad y la protección frente a accidentes y lesiones es un derecho humano universal, lo que significa que todos los que pisamos esta tierra tenemos igual derecho, sin importar clase, nacionalidad, color de la piel, sexo u otra condición.
Pero para ello es necesario que los trabajadores y los sectores populares tomen parte activa y organizada en medio de la crisis, exigiendo a las centrales sindicales actuar en su defensa, promoviendo formas de participación y consulta creando redes y chat de trabajadores y sectores populares, socializando las experiencias y situaciones a que son sometidos a través de la red y formas indirectas de comunicación.
Las fuerzas progresistas, las organizaciones identificadas con los trabajadores y los sectores populares, deben ponerse al frente de acciones y gestar un movimiento de trabajadores y sectores populares por la salud, por la defensa de los derechos laborales, por servicios de agua y saneamiento en los barrios, por equidad de género en el hogar y el trabajo.
Esa lucha en respuesta a la coyuntura sanitaria actual debe conectarse con una visión de futuro, luchar por una sociedad que asegure seguridad laboral, ingresos suficientes, servicios públicos de salud, agua, saneamiento, financiados por presupuesto público, con un sistema de salud único, universal y estatal.
La liberación de los trabajadores de la miseria, y la insalubridad será obra de los trabajadores.

domingo, 1 de marzo de 2020

Trabucazo 2020, carnaval, máscaras, antipolítica y conservadurismo


Por Gregorio Moya

La manifestación ciudadana denominada Trabucazo 2020 se caracterizó por su diversidad, aunque la misma vetó la participación de los partidos políticos por considerarlos responsables como un todo del desastre político, institucional y ético en el que está metida la nación.

Esa manifestación fue espacio para demandar a la JCE su renuncia unos, la organización de elecciones limpias otros, para apoyar que se realice una investigación que de con los culpables boicot, fraude y golpe de estado electoral llevado a cabo el 16 de febrero. Unos apelan a que la investigación la realicen organismos internacionales, coincidiendo con el gobierno, otros demandan una investigación por fiscales independientes, pero nacionales, por asuntos de soberanía y para que las conclusiones sean efectivamente vinculantes.

El trabucazo 2020 reunió religiosos que llevaron allí su reclamo de que se lea la biblia en las escuelas de forma normativa, también que se mantenga la prohibición del aborto en cualquier situación, aunque la embarazada se muera en esa situación.

Muy cerca de los grupos religiosos estaban los nacionalistas que no dejan de culpar a los inmigrantes haitianos de todos los males del país, como el desempleo, la pobreza, los problemas de salubridad y desplome del sistema de salud, la real situación del sistema escolar que no avanza, incluso la violencia y delincuencia.

Estuvieron presentes también los movimientos defensores de los derechos y la equidad de género, defensores de los que tienen diferentes identidad y preferencias de género y sexuales.

Miles de jóvenes, con otros miles no tan jóvenes y unos definitivamente no jóvenes.

Trabucazo 2020 fue una especie de fiesta de la cohabitación y la tolerancia, incluso entre intolerantes.

Artistas movidos por la fuerza de la convocatoria, que al momento de hablar decían generalidades y apelaban al “todos somos dominicanos”, sin establecer que hay buenos y malos dominicanos, dominicanos corruptos y tramposos y dominicanos honestos. Algunos artistas, de clara definición conservadora y derechista como Juan Luis Guerra, que aunque muchas de sus canciones son críticas, su identificación con el poder norteamericano desde su apoyo a Bush en 2001 o su participación en conciertos contra los gobiernos chavistas, sin poner mientes en los propósitos de los enemigos del gobierno venezolano.

De lo que se trata es de mirar las características de un movimiento que su fuerza está en la reacción contra el fraude, en su rechazo a la institucionalidad que permitió el fraude, la JCE y su apertura democrática.

También hay que ver sus límites. Del rechazo a los partidos políticos a la antipolítica es sin duda que una limitante para poder integrar sectores que son activos políticamente, que no es democrático excluirlos, quizás no permitir el protagonismo de estos, pero tampoco exclusión genérica. La antipolitica en una de las expresiones políticas del conservadurismo, que abre espacios a propuestas supuestamente no políticas en la que caben todo tipo de outsider, como ocurrió en Perú con Fujimori, con otras propuestas que han significado desplazar gobiernos por lo menos antineoliberales y de clara defensa de la soberanía, a gobiernos neoliberales pronorteamericanos, profundamente conservadores, clericales atrasados y reaccionarios.

También, esa amplitud permite que se utilice como carnaval muchos de los que asisten, figuras públicas que incluso se atribuyen el papel de jueces de prohibir la asistencia a estas manifestaciones a determinadas personas o expresiones organizadas de la sociedad.

De lo que se trata pues, es comprender la potencialidad de estos movimientos, pero sus límites, de que es necesario construir instrumentos de organización y movilización permanentes, con estructuras funcionales y disciplina. Son aspectos complementarios, no antagónicos ni excluyentes.

domingo, 19 de enero de 2020

Sobre alianzas, y los planteamientos de Faustino Collado


Por Gregorio Moya E.

En un escrito titulado “Alianza del proletariado con la burguesía, ¿cuándo se justifica?” con la firma de Faustino Collado se plantean las circunstancias en que se puede establecer una alianza del proletariado con la burguesía.

Tengo algunas consideraciones al respecto:
  1. En la República Dominicana no existe ninguna expresión organizada del proletariado que pueda establecer alianza con la burguesía. El grueso de las organizaciones que se autoproclaman marxistas no reúne en su seno a obreros, sino pequeños burgueses de las distintas capas de esta. Desde los 1,000 obreros al PCT y el vuelco del desaparecido PRS a las zonas francas, no se conocen iniciativas de fundamentar la organización de revolucionarios en una base social proletaria.
  2. Collado plantea que una de las condiciones es cuando las fuerzas socialistas y de izquierda en general son mayoritarias. Es muy probable que si las fuerzas socialistas y de izquierda son mayoritarias puede haber alianza con sectores de la burguesía. Pero no es descartable que una fuerza socialista y de izquierda en general pacte con sectores de la burguesía. Lo fundamental en cualquier pacto es que las fuerzas revolucionarias mantengan la independencia de sus posiciones, la libertad de actuar como tales, cuidarse de ser absorbidas por la burguesía, sus partidos y la derecha (o el centro).
  3. Sería conveniente conocer las propuestas y vías para llegar a tener fuerzas socialistas y de izquierda en general mayoritarias. Lo que vemos, en sentido general, es la desconexión de esas fuerzas socialistas y de izquierda con los trabajadores, la clase obrera, los campesinos y el pueblo en general. Más que todo, es común esa vocación de ser minoría de muchas organizaciones y camaradas, su aislamiento y desconexión hablan sobre ello.
  4. Collado Plantea que los comunistas, socialistas e izquierdistas en sentido general, no tienen ningún motivo para apoyar o aliarse a los partidos burgueses en esta coyuntura electoral, partiendo de las cuatro razones que el detalla, añadiendo que los “Partidos burgueses que, estando en el gobierno o en la oposición, son entreguistas, no son nacionalistas, son conservadores, de tradición corrupta, es decir, de escasa diferencias entre ellos. Nos toca, pues, unirnos y acumular fuerzas revolucionarias.” Bueno, no puede esperarse que en una sociedad de capitalismo dependiente como la nuestra, cuyo modo de producción capitalista se desarrolló en y por el capitalismo internacional, ayer colonialista hoy neocolonialista, tenga una burguesía nacionalista. La burguesía en estos países como dijo el Che, es furgón de cola del imperialismo.
  5. Por otra parte, la naturaleza conservadora no es un aspecto que determina una alianza o no, siempre la determinan la coyuntura, porque toda alianza con la burguesía y sus partidos es coyuntural, no estratégica. Los únicos que plantean alianzas estratégicas con la burguesía son los que creen que existe una burguesía nacional o sectores de esta que puede tener una postura antiimperialista. Pero ese es otro debate, que fue rico en los 80 del pasado siglo.
  6. Lo fundamental en una alianza es la coyuntura, en segundo lugar, la claridad y orientación política de las fuerzas revolucionarias y progresistas, en tercer lugar, la capacidad para establecer la independencia y autonomía de las fuerzas progresistas, su capacidad para no dejarse atrapar por la ideología y estructuras políticas de los partidos del sistema. Esta capacidad es ideológica, no numérica, aquí, en este punto es donde la calidad es más importante que la cantidad, lo referido al número de estrellas en la frente, a como dijo Aniana Vargas, saber para donde uno va.
  7. Alianza País, que no es un partido que representa al proletariado acordó con el PRM y otras fuerzas políticas pactos parciales. Estos pactos no comprometen la independencia política de la organización, lo cual está claramente establecido en el pacto. Incluso, esta independencia no solo está por escrito, sino también que quedó patente con las posiciones frente a las alianzas con LFP que pactaron esos partidos, y otros pasos erróneos de la oposición.
  8. Como dijo el abogado Nassef Perdomo en twitter, Guillermo Moreno  “sí supo sortear el proceso de alianzas sin tener que pactar con cualquiera. Eso es política de la buena.”
  9. Lo importante no es la cantidad ni la fuerza de las organizaciones, lo fundamental es la claridad de sus propósitos, la transparencia de su práctica y la firmeza de sus principios, y en eso los alianciastas, las fuerzas socialistas y revolucionarios tenemos en nuestra minoría, la fuerza que no tienen los partidos del sistema que son mayoritarios.

sábado, 18 de enero de 2020

La Carta Pastoral y el apoyo de EU fortalecen el proceso democrático. A Dios que nos coja confesados


Por Gregorio Moya E.

En un artículo titulado “La Carta Pastoral y el apoyo de EU fortalecen el proceso democrático”, de la firma del reputado periodista Juan Bolivar Díaz, quien afirma que “La pastoral católica y el apoyo de Estados Unidos a la auditoría previa a los equipos y programas a utilizarse en las próximas elecciones, constituyen un claro compromiso de esos poderes con los reclamos de múltiples sectores de un proceso electoral justo, equitativo y libre de marrullerías e injerencias antidemocráticas.”
Si es como dice el articulista, sería una excepción que esos poderes sean factores de fortaleza de la democracia. La carta pastoral de este 2020, que conmemora el 60 aniversario de la Carta Pastoral de enero de 1960, por parte se refiere a la complicidad de esa jerarquía eclesiástica con la tiranía, que se decidió a enfrentar no motu proprio, sino “debido a inéditos cambios suscitados en el contexto mundial y regional, el régimen de Rafael Leónidas Trujillo comenzó a dar señales de agotamiento y decadencia”, como dicen en la carta del 2020.

Es decir, decidieron por conveniencia hacer esa proclama en 1960, como un cálculo político, no por convicción democrática, como en el curso de los meses lo demostraron cuando encabezaron la conspiración contra el gobierno democráticamente electo de Juan Bosch, un gobernante honesto y patriota. Estos dos aspectos no fueron del agrado de los jerarcas de la iglesia católica, por lo que se aunaron a los trujillistas y norteamericanos en 1962 y 1963.

Lo mismo podemos decir de los EU, que fueron los que, por 30 años, pusieron y mantuvieron la dictadura de Trujillo, pusieron a Balaguer en 1966, desdibujando la democracia en su llamada transición, que no puede llamarse “construcción democrática” como afirma la iglesia.

Lo que planteamos es que el pueblo dominicano no puede confiar ni en la jerarquía católica ni en los EEUU, porque históricamente o han actuado en contra de sus intereses, o en base al cálculo político para mantener sus espacios de poder, aprovechando el agotamiento de regímenes como ocurrió en 1960 y 1978. Pero siempre sus intervenciones han sido para interferir en la transición democrática de base popular. Frente a ideas y propuestas hay que plantear que sólo el pueblo salva al pueblo.