sábado, 17 de abril de 2010

SOLIDARIDAD O MARKETING: A PROPOSITO DE LA AYUDA A HAITI

Por Gregorio Moya E.

Haití centró por muchos días la atención del mundo luego de la tragedia que desató el terremoto el 12 de enero. Los medios de comunicación se llenaron de múltiples y masivas expresiones de solidaridad de no menos múltiples y masivos sectores de todo el mundo, incluyendo aquellos que se han beneficiado de la misería de ese noble pueblo.

Pero desde el principio hay la duda de que tanto de esa solidaridad es autentica y cuanto de esta es marketing. Decimos esto, porque al ver el despliegue publicitario del concierto “Un canto de esperanza por Haití”, el costo del mismo en la radio, la televisión, los periódicos y la llamada publicidad objetiva (vallas, carteles), uno llega a pensar que sería quizás más barato, más eficiente, más humilde tomar ese dinero que se gasta en publicidad y entregarlo directamente a los necesitados de Haití.

Lo que salta a la vista es el uso de la tragedia para mantener actualizadas figuras artísticas, gobernantes y organismos que sin dudas sus acciones al parecer no son tan eficientes, si nos atenemos a lo que la misma prensa nos sirve de la realidad haitiana. Es un comportamiento carroñero, no es solidario que debe ser caracterizado como lo que es.

Como dijimos el 14 de enero 2010: “La solidaridad que Haití necesita es la que junto a la ayuda material y el apoyo emocional a sus pobladores, contribuyamos a que logre salir de las condiciones de empobrecimiento, de opresión y la dictadura.”

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