Por Gregorio Moya E.
El destacado periodista José Luis Mendoza asoció en un comentario en el programa El Gobierno de la Mañana, del cual es el coordinador, que los atacantes en escuelas responden al perfil de la diversidad en ese país, y que esto responde a ese movimiento por la diversidad.
Entre 2015 y 2022, más de 19,000 personas murieron o resultaron heridas por disparos en Estados Unidos en tiroteos masivos. El alcance de cada tiroteo masivo va mucho más allá de las víctimas, perjudicando el bienestar de los sobrevivientes, sus familias y comunidades enteras.
En el 32 por ciento de los tiroteos masivos en los que murieron cuatro o más personas, el tirador mostró señales de advertencia peligrosas antes del tiroteo. 1 de cada 4 autores de tiroteos masivos en incidentes con cuatro o más personas muertas tenía prohibido legalmente poseer armas de fuego en el momento del tiroteo. Entre 2015 y 2022, los tiroteos en los que murieron cuatro o más personas y en los que se utilizaron armas de asalto dieron como resultado más del doble de personas muertas. En al menos el 46 por ciento de los tiroteos masivos con cuatro o más personas muertas, el perpetrador disparó a una pareja íntima actual o anterior o a un miembro de la familia.
Desde 1966 hasta hoy ha habido en Estados
Unidos 183 tiroteos masivos -14 de ellos en colegios e institutos-, definiendo
como tales aquellos en los que se mata a cuatro o más víctimas y al menos uno
de los asesinatos tiene lugar en un lugar público y sin conexión con una
actividad delictiva subyacente, como las bandas o las drogas. (The Violence
Project)
Estamos ante un problema complejo, que no se puede despachar atribuyendolo, tirado por los cabellos a un problema de indetidad de las personas perpetradoras, como si lo relacionado con la identidad de género, sexual, cultural o de otro tipo sea generador de actitudes violentas. Lo más corrientes es que las personas que deciden mostrar una identidad diferente a la norma sea víctima de violencia de parte de quienes asumen la normalidad de identidad sexual, cultural o de género como un canón de hierro.
Las estadísticas y estudios acerca de los atacantes en escuelas y lugares públicas no le dan ningún sustento a que sea generada por la cultura y política identitaria en EEUU, por lo que, los comentarios en esa dirección entran en las llamadas teorías de conspiración, que tienen en las redes sociales y en los medios de comunicación tradicionales canales de difusión. Veamos algunos datos acerca del problema.
1.
La
edad media de los asesinos es de 33,8 años, pero ha habido uno de 11 años y uno
de 70 años.
2.
Los
atacantes son mayoritariamente hombres. Solo cuatro mujeres han perpetrado
ataques masivos en el último medio siglo.
3.
El
43% de los autores de tiroteos masivos tenía alguna relación con el sitio donde
se produjo la masacre, según el estudio de Peterson y Densley.
4. De
todos ellos, casi la mitad estaban solteros, el 16% eran separados, divorciados
o viudos y otros tantos estaban casados. En 52 casos, los atacantes tenían
hijos.
5. La
mayoría de los atacantes (57%) estaba en paro y muchos de ellos declararon que
la motivación para el ataque eran problemas laborales (22% del total) y
económicos (11%).
6.
Solo
el 40% de los tiradores analizados tenía desórdenes cognitivos o emocionales
diagnosticados y los datos de The Violence Project muestran que siete de cada
diez tiradores no habían recibido asesoramiento psiquiátrico previo. De los 53
que sí lo recibieron, la mayoría acudió por voluntad propia, aunque únicamente
25 estaban bajo algún tipo de atención psicológica en los seis meses previos al
tiroteo.
El 43% de los tiradores era consumidor de alcohol, marihuana u otras drogas. El alcohol es la sustancia más repetida. Aparece en la cuarta parte de los casos y se da en conjunto con la marihuana u otras sustancias en un 12% de ellos.
8.
"La
mayoría de las víctimas son sus propios compañeros o incluso niños más
pequeños, lo que nos indica que, en realidad, lo que están matando allá es su
propia infancia", explica un psicoanalista. El 38% de los autores se
suicidaron en la escena del tiroteo y en dos casos lo hicieron después de ser
juzgados.
9.
Un
factor importante, y determinante, es el fácil acceso a las armas en un país en
el que el número de armas de fuego supera con creces al de ciudadanos y donde
solo es necesario ser mayor de edad para poder adquirir cualquier tipo de
armamento con tranquilidad y sin requisito psicológico alguno. Además, hay toda
una cultura o subcultura de culto a las armas, con asociaciones que promueven
incluso el contacto de los niños con las armas.
10.
Una
infancia complicada con ausencia de amor fraternal, distanciamiento emocional
con las personas de su entorno cercano, falta de empatía, violencia temprana
con otros niños o incluso con animales pequeños, bajos niveles de asertividad.
11.
Dificultades
para socializar e interactuar con otros, son algunos de los rasgos que pueden
definir un perfil psicopático que sea coherente con un asesino.
12.
Mayormente
son hombres jóvenes, en muchos casos antiguos estudiantes del centro donde
ocurren los ataques.
13.
Muchos
provienen de familias desestructuradas, con antecedentes de conflictos
familiares y, en algunos casos, antecedentes delictivos.
14.
Un
porcentaje importante ha sufrido exclusión social o marginación dentro de sus
grupos, lo que se traduce en experiencias de bullying o acoso escolar.
15.
Algunos
atacantes tienen un historial criminal previo y antecedentes de problemas
legales relacionados con armas, drogas o violencia.
16.
El
40% tenía trastornos cognitivos o emocionales diagnosticados, pero el 70% no
había recibido ayuda psiquiátrica previa.
17.
Cuatro
de cada diez agresores mostraron tendencias suicidas previas, y otro número
importante intentó suicidarse durante o después del ataque.
18.
Los
ataques suelen estar premeditados en muchos casos, con el 44% de los agresores
que habían advertido a alguien sobre sus intenciones antes del tiroteo.
19.
El
perfil psicológico incluye una mezcla de autodestrucción simbólica, violencia
acumulada interna y falta de empatía, junto con antecedentes delictivos en un
alto porcentaje de casos.
20. Los estudios demuestran que cada vez es mayor el número de estudiantes con patologías como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (ADHD por sus siglas en inglés), que no son diagnosticados ni intervenidos, derivando en comorbilidades que van desde trastornos de ansiedad (sobre todo en las niñas), tendencia al consumo de drogas, a las crisis depresivas, Trastorno Explosivo Intermitente, Trastorno Negativista Desafiante y Trastorno de Conducta (TC), conocido este último, en el argot popular, como conductas antisociales.
Según lo visto por la data compartida, es un retorcimiento de las evidencias existentes señalar que los ataques masivos con armas de fuego en escuelas y lugares públicos, que ascienden a 183 desde 1996 son atribuibles a personas con problemas de identidad sexual, de género o cultural, y esta interpretación del fenómeno responde a una penalización, criminalización o recusación de las identidades, principalmente vinculadas al género y la sexualidad, que muestra antipatía, resentimiento, animadversión, rencor, todas estas actitudes enmarcadas en la cultura de odio, propia de las derechas políticas y culturales que como un fantasma recorren el mundo en nuestros días.
Referencias
- Mass Shootings | Everytown Research & Policy
- BBC. (2018). Crimea attack: Gun attack at Kerch college kills 19. Taken from BBC News, accessed on July 15, 2021.
- New York Times. (2007). Student Kills 8, and Himself, at Finnish High School. Taken from New York Times, accessed on July 15, 2021
- Jillian Peterson y James Densley (The Violence Project)
- Can We Prevent School Shootings? | Alfred University
- Cuál es el perfil del tirador masivo en Estados Unidos - DatosRTVE