sábado, 24 de agosto de 2024

Volver al trabajo de masas, a la osadía catorcista, emepedeísta y de los palmeros

Por Gregorio Moya E.
La izquierda revolucionaria cometió muchos yerros, yerros que le ha costado casi su existencia. Osadía, audacia, intrepidez, valor, valentía, asumir riesgos. Características actitudinales de un compromiso manifiesto y consciente. Ir a los barrios, campos, fabricas escuelas y universidades, incluso cuarteles y fortalezas, también iglesias conocieron las voces de la izquierda. Al pueblo, a las masas le hablaron los comunistas, le llevaron su Libertad con Nuestra Palabra, con Fuerza Socialista y con el Popular, hasta espertad era un llamado y un discurso directo, físico, concreto.
Sin dudas, una característica que distinguía a los izquierdistas era el trabajo de masas y la osadía. Osados fueron los que constituyeron el 14 de junio en enero del 60 del pasado siglo, con el propósito de descabezar la dictadura con un programa de gobierno democrático, popular y revolucionario. Osadía acompañada con el trabajo clandestino que logro enrrolar un contigente político importante.
Osadía fue la del MPD que se planteó la política de lucha interna o Trujillo siempre, con el firme propósito de desplazar la tiranía poniendo en movimiento el pueblo dominicano y sus inmensas energías constreñidas por la fuerza y el poder, pero vivas, agazapadas para protegerse. Osados fueron los revolucionarios del 14 de junio, fundamentalmente, pero también los del MPD, que, ante el golpe de Estado en 1963, se fueron a las escarpadas montañas y a otros lugares a defender con su vida, la democracia que comenzó vivir y que recibió una herida de muerte el 25 de septiembre de 1963, un día que vivirá en la infamia. Pero junto con la osadía la izquierda se caracterizó por el trabajo de masas, para las masas y con las masas. Fueron y estaban en los campos y barrios, fábricas, escuelas y universidades.
Estaban con la gente, se fueron los mejores al campo, a las fábricas, reclutando mil obreros al partido, enrolando lo mejor de la juventud, creando organizaciones de mujeres, deportistas, artistas. Reclutando policías y militares para el golpe de Estado revolucionario. Los comandos clandestinos eran una suerte de linea de masas clandestina, de amplia integración de los que estaban dispuestos a luchar. Ejemplos destacados y recientes de esta línea de acción, las encontramos en Bonao con Aniana hasta sus últimos días, el Mellizo, Panam, Fidelio y otros, así como a Francisco Santos y otros compas, con las comunidades unidas de Los Haitises y zonas aledañas. Miles de periódicos y publicaciones llegaban a las casas. Manolo instruye imprimir miles de folletos marxistas. Se formaron miles de clubes deportivos y culturales, se apoyaron asociaciones de profesionales, sindicatos y gremios, y se desarrolló toda una corriente popular en la sociedad, que es la más auténtica experiencia democrática y participativa de la que se tenga conocimiento.
Junto con la osadía de tomar las armas en las manos, en abril del 65, para reponer la Constitución de 1963, avanzaron y se fundieron con los comandos, una estructura de militar y popular, concreción del poder paralelo que construyen los pueblos en los momentos revolucionarios. Hoy día persisten los revolucionarios en la osadía, pero con muy poco o casi nada de trabajo de masas. Se convocan a luchas a través de las redes y los medios de comunicación. Los contactos directos con la población ha casi ha desaparecido. El volante que arma y amplia el discurso y la propuesta está ausente. El afiche trazado con pinceles con pintura positiva (roja, negra y azul) no se ve en las calles. Las brigadas con Hablan los Comunistas, Fuerza Socialista, Despertad ya no se ven en los barrios, en las puertas de las fábricas. Ya no llega Libertad. Primero fue vociferada Libertad en la capital, llenando de expectación a quienes escuchaban ese reto a la tiranía, la misma Libertad que continuó en los 12 años, que se entregaba persona a persona, de manera clandestina ya no está. Libertad, Lucha, periódicos revolucionarios que persisten lo puedes ver en las redes. Tiro al blanco llega a grupos, oficinas y sectores. Estas publicaciones no se dirigen a las masas.Las brigadas o esfuerzos concentrados han desaparecido prácticamente. Siendo así, la izquierda está ausente, no propagandiza, no educa, no organiza y no agita. No hay trabajo de masas, aunque insiste en una actitud y comportamiento osado en los sectores revolucionarios Hay que volver a la osadía y al trabajo de masas para recomponer y relanzar un proyecto verdaderamente popular y revolucionario en el país.

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